La evolución del caballo puede seguirse a
través del registro fósil hasta
llegar a Hyracotherium (también llamado Eohippus), un pequeño mamífero
herbívoro que vivió durante el Eoceno, hace 55 millones de años, en América del Norte.
Se supone que de él descienden todos los équidos posteriores, incluido el
género Equus. Hyracotherium tenía un tamaño que oscilaba entre los
20 y los 40 cm de altura, con cuatro dedos en las
extremidades anteriores y tres en las posteriores terminando cada uno en una uña (no en
un casco, como las especies actuales).6 A
primera vista era similar a un perro pequeño.
La evolución posterior de Hyracotherium le hizo aumentar su altura hasta los
115 cm y perder sus dedos hasta hacerse monodáctilo,
es decir, con un solo dedo. Poco a poco, su único dedo se endurecería mediante
mutaciones, hasta desarrollar cascos que les permitían huir de los
depredadores.
En esa época aparecieron a la vez en
Norteamérica y Eurasia diversas
especies y géneros relacionados. Parece ser que las especies euroasiáticas
desaparecieron; sin embargo, las especies americanas dieron lugar durante el Oligoceno al
género Mesohippus del tamaño de una gacela, que tenía
sólo 3 dedos en las patas delanteras y que ya presentaba pies con forma de casco.7
Algo más tarde, en el Mioceno, a Mesohippus le sucedió Hypohippus y Anchitherium; se cree que ambas
especies colonizaron después Eurasia desde América del Norte. Otros
descendientes de Mesohippus fueron Miohippus y Merychippus; este último género
desarrolló dientes con
coronas muy altas, lo que le permitió, a diferencia de Hyracotherium, que pastaba
hierba, ramonear las hojas y brotes de árboles y arbustos. Entre los
descendientes de Merychippus estaba Hipparion, que durante el Plioceno se
desplazó y expandió desde Norteamérica hasta Eurasia, y Pliohippus (primer antepasado de un solo dedo),
antecesor de Pleshippus y de su sucesor, el caballo moderno,
es decir, el género Equus,
que apareció hace 5 millones de años.8
Se cree que durante el Pleistoceno, hace unos 15 000 años, el
género Equus extendió su área de distribución desde
Norteamérica a Eurasia y África cruzando
el puente de Beringia.9 Hace
unos 10 000 años, los caballos se extinguieron en Norteamérica,10 11 por
causas aún desconocidas, quizá por algún cataclismo climático que modificó los ecosistemas americanos.12 Diversos
hallazgos en cuevas de Europa indican que el caballo era un animal muy
abundante durante la Edad de Piedra en dicho continente; se han encontrado
suficientes restos de esqueletos de caballos dentro y en los
alrededores de estas cuevas como para afirmar que eran consumidos por el ser
humano. El número de caballos disminuyó en el neolítico, cuando Europa estaba cubierta
por bosques en
su mayor parte. Se han encontrado restos de la Edad del Bronce, embocaduras y piezas de
arneses, que demuestran que el caballo ya estaba domesticado en esta época.
Esta domesticación siglos más tarde permitió, tras el descubrimiento
de América, que los caballos fueran reintroducidos por los
conquistadores españoles en el continente que los vio surgir.
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